ChArLa CoLoQuIo CoN aRtUrO pÉrEz-ReVeRtE

Ayer a las 8 de la tarde asistimos al abarrotado auditorio del Centro Cultural Novacaixagalicia, en Vigo, a una charla coloquio con Arturo Pérez-Reverte con motivo de la presentación de su última novela «El tango de la Guardia Vieja».

Perez-Reverte

Pérez-Reverte se nos presentó como un gran «defensor» de las mujeres, por las que reconoce sentirse fascinado, especialmente por aquellas que son inteligentes. Dijo que hombres y mujeres no somos iguales, que la mujer es superior genética y biológicamente, que posee grandes reservas de coraje moral, de inteligencia y de intuición y que el mayor premio para un hombre es que una de esas «mujeres superiores» te mire con admiración y respeto.

Dijo que él siempre escribe, desde «El húsar», la misma novela, la que protagoniza un soldado perdido en territorio enemigo, cansado de tanto caminar y que las mujeres somos ese soldado en tierra hostil, que sabemos que cada derrota puede ser la última, y que mientras el hombre ha sido capaz de autoengañarse, con el fútbol, el sexo, la guerra, los amigotes… la mujer ha estado callada durante siglos viendo su estupidez y generando infinidad de «certezas amargas». Que los hombres han sido protagonistas durante 3000 años de literatura, de Ulises a Mad Men, y que ahora les toca ser protagonistas a las mujeres del S.XXI que, al contrario que Ana Karenina o Madame Bovary, no viven en función del hombre y toman ellas las riendas de sus vidas.

Mecha, la protagonista de «El tango de la Guardia Vieja», es una de esas mujeres superiores que tanto gustan a Pérez-Reverte y es que, como él dijo «La única tentación seria es la mujer, todo lo demás es negociable», es uno de esos soldados perdidos en territorio enemigo, la protagonista de la que han calificado como la primera gran novela de amor del autor, y de la que él dice que no es que sea su primera novela de amor, ya que en todas ellas el amor está presente, sino que es la primera en la que una historia de amor se coloca en primer plano de la narración y no como telón de fondo.

Pérez-Reverte se definió a sí mismo no como un artista, sino como un profesional cuyo oficio consiste en «preparar una emboscada al lector» y ya lo creo que lo hace, cuanto me gusta su obra: «El pintor de batallas», «La piel del tambor», «El maestro de esgrima», «La Reina del Sur», «Cabo Trafalgar», «El Club Dumas» y tantas otras fantásticas novelas y, cómo no, su columna semanal. Me fascina este hombre y tan pronto pueda me leeré su última novela. Un placer.

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